"Los locos giraban a mi alrededor y yo me quede quieto como el pensador de Rodin y los miré y luego miré el cielo y vi hormigas rojas y negras engarzadas en combate y no dije ni hice nada. El cielo era muy azul. La tierra era marrón clara, con piedritas y terrones. Las nubes eran blancas y corrían en dirección oeste. Luego miré a los locos que deambulaban como fichas de un azar aún más enloquecido y volví a cerrar los ojos"